miércoles, 13 de febrero de 2008

'Urban & rural'

No hay verano que nos libremos de originalísimos reportajes en las grandes teles y en las grandes radios sobre las gentes que viven en las pequeñas aldeas, privadísimos de los privilegios de la civilización, solos en medio de sus pueblos.
Y el reporterillo urbano preguntándoles a los paisanos como es su día a día.
Pues madrugo y voy al tajo. Vuelvo, puchero y después de la siesta, a controlar un poco la huerta, hasta el monte, o a hacer los recados, lo que cuadre. Cena, cantina o sofá, tute o tertulia casera y a la cama. Nada que ver con usted, supongo, que se levantará temprano para ir a la oficina. Volverá a comer a su apartamento y después de que se marque el 'break' del mediodía se irá hasta el centro de compras, o a lo que le apetezca. Luego volverá a cenar y se irá hasta algún 'pub' o se quedará en casa viendo algún 'reality'. Ustedes, los de ciudad.
Luego, la pregunta del millón. Esa que se hace desde el espíritu de compañerismo, unión y solidaridad vecinal que suele invadir a la mayor parte de la gente de las grandes ciudades, esa que vive en colmenas y que según la mitología urbana no conocen a los vecinos más que de verlos una vez al año en el ascensor.Tan compañeril, tan solidario. ¿No se sienten ustedes un poco solos entre tanta montaña, tanto silencio y tanta vaca?, le espeta el 'urbanita' al pobre pueblerinín.
Esta tampoco falla. ¿Y como hacen ustedes si tienen una emergencia sanitaria?
Pues mire, si puedo, bajo en el coche al médico y si no, pues llamando a una ambulancia, que tarda aproximadamente media hora en venir y otra media en llegar al hospital ¿Cómo se lo monta usted?
Pues nada que ver. Yo si puedo voy en coche, y si no llamo a una ambulancia, que se planta en el hospital en un plis. Sortea un par de obras, aguanta un par de atascos y cuatrocientos quince semáforos y en media hora, en el hospital que está.
¿En media hora? Qué barbaridad. Quién la pillara.

DIANA MARTÍNEZ (EL MUNDO/LA CRÓNICA DE LEÓN), 14 de agosto 2006

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